Destacamos esta noticia en el suplemento “Tratamiento de Residuos” de diario El Mercurio, donde señalamos la importancia de que exista un adecuado tratamiento a los residuos para el cuidado del medio ambiente. En esta línea, Grupo Lampa, con más de 35 años de experiencia en el mercado de la chatarra ferrosa, es un eslabón fundamental en la cadena de reciclaje, al procesar más de 175 mil toneladas por año.

En el reportaje subrayamos los esfuerzos de la empresa en  las inversiones planeadas para este 2024,  específicamente en la creación de una planta de separación de no ferrosos. Esta nueva instalación no solo complementará el ciclo de reciclaje iniciado por la máquina fragmentadora, sino que también representará un paso significativo hacia el reciclaje más allá de la chatarra convencional. “Nos dirigimos hacia la gestión de residuos electrónicos, respondiendo al aumento considerable de este tipo de desechos, en consonancia con la creciente tecnologización del mercado”, sostiene don Víctor Jara, gerente general de Grupo Lampa.

El reportaje completo a continuación:

EXPANSIÓN:
Grupo Lampa, un gran aporte al medio ambiente
Con una planta de separación de no ferrosos, la empresa avanzará hacia la gestión de residuos electrónicos.|

Con más de 35 años presente en el mercado, el aporte ambiental de Grupo Lampa —una de las
empresas líderes en el reciclaje de chatarra ferrosa en Chile y que procesa anualmente 175 mil
toneladas— no se limitará solo a procesar y preparar chatarra para ser reciclada, ya que para el
próximo año tiene planificado realizar una inversión crucial en una planta de separación de no
ferrosos.
La compañía cuenta con dos plantas procesadoras en las comunas de Colina y Talcahuano.
“Estas plantas reciben el material desde todas partes del país, principalmente desde las
instalaciones que tenemos en Antofagasta, Colina, Talcahuano y Temuco”, explica Víctor Jara,
gerente general de Grupo Lampa. El ejecutivo destaca que esto genera un gran beneficio ambiental por la posibilidad de volver a usar la chatarra de acero. “Nuestra labor la entendemos clave en este proceso, ya que recopilamos la materia prima y la procesamos. El material ferroso se lleva a la planta y se separa en acopios de material liviano o pesado. El liviano se compacta en pequeños fardos de alta densidad y el pesado pasa a proceso de oxicorte o de cizallado, que permite alcanzar los estándares requeridos, tanto por el mercado nacional como internacional, el que una vez procesado, se traslada a los centros de acopio final, para ser enviado a nuestros clientes”.
Para esto, la compañía tiene tecnología de punta para cortar, compactar o triturar. “Sobre este
último proceso, estamos orgullosos de ser pioneros en Chile en ser dueños de una fragmentadora de chatarra. Esta máquina es un verdadero molino, por el cual logramos obtener la chatarra del tamaño ideal para los hornos que la funden”, precisa.
También posee máquinas cizalladoras estacionarias y móviles, así como compactadoras
móviles, las cuales de manera itinerante recorren el país cubriendo las necesidades de los
proveedores y que, a su vez, permiten optimizar los tiempos en los procesos productivos y la
obtención de material de buena calidad.
Grupo Lampa obtiene la chatarra mediante la compra a pequeños proveedores —que representa el 70% de su adquisición solo en Santiago—, en licitaciones públicas y privadas, y a determinados
clientes. “Además de la posibilidad que nos da nuestro trabajo de volver a utilizar la chatarra de acero, con el consiguiente beneficio ambiental que esto supone, también podemos ver los beneficios en cómo colaboramos con distintos proveedores, grandes o pequeños”, comenta el ejecutivo. A su juicio, todo este proceso, es una tremenda fuente de ingresos para sus cerca de 10.000 proveedores. “De hecho, calculamos que alrededor del 70% de los proveedores son pequeños o micro empresarios que día a día recolectan este valioso material, necesario para producir acero nuevo para las industrias de la construcción y metalmecánica”, añade.

INVERSIÓN
Para el próximo año, Grupo Lampa invertirá en una planta de separación de no ferrosos.
Esta nueva instalación no solo complementará el ciclo de reciclaje iniciado por la máquina
fragmentadora, sino que también representará un paso significativo hacia el reciclaje más allá de la chatarra convencional. “Nos dirigimos hacia la gestión de residuos electrónicos, respondiendo al
aumento considerable de este tipo de desechos, en consonancia con la creciente tecnologización del mercado”, sostiene Víctor Jara.
También, y consciente de los impactos ambientales que genera esta actividad, la empresa está muy cercana de certificarse en la trinorma ISO, que indica procesos de calidad en los ámbitos productivos, de seguridad y salud ocupacional y ambientales.
Pero Grupo Lampa no solo se queda ahí. “Igualmente, estamos muy felices de estar en proceso
de calcular la huella de carbono 2023. Este proceso lo iniciamos desde hace algún tiempo, y es
una buena práctica que no solo habla del compromiso que tenemos con el medio ambiente,
sino para saber cómo gestionar y, por ende, mejorar, los puntos que ahí aparecen como
prioritarios”, concluye.